viernes, 1 de mayo de 2015

LIBROS PROFETICOS MAYORES

ISAIAS--JEREMIAS--LAMENTACIONES--EZEQUEL---DANIEL.


                                        ISAIAS--INTRODUCCION


Estamos entrando ahora en una sección completamente nueva de las Sagradas Escrituras, y es la sección profética.ya hemos visto profecías en el Antiguo Testamento así como también en el Nuevo Testamento: En el Antiguo Testamento tenemos profecías en el Pentateuco, que fueron escritas por Moisés. Aunque el elemento predictivo ocupa mucho lugar en esta sección, los profetas fueron más que hombres que predijeron el futuro. Fueron hombres llamados por Dios en tiempos de decadencia cuando ni el sacerdote ni el rey eran un canal digno a través del cual las expresiones de Dios pudieran fluir.Estos libros de profecía también contienen historia, poesía y ley, pero su mensaje principal es la profecía.Cada escritor, desde Isaías hasta Malaquías, fue un profeta de Dios. Existe hoy una división artificial en cuanto a los profetas, al haberlos designado profetas mayores y profetas menores. Ahora, en lo que a nosotros se refiere, todos los profetas eran mayores. Y ninguno de ellos se puede considerar como menor. Esta división artificial fue determinada por la extensión del libro, y no por su contenido.Los libros son breves en extensión, pero su contenido tiene mucho poder.

Estos hombres, los profetas, no sólo hablaron de eventos que tendrían lugar en un futuro distante, sino que también hablaron sobre acontecimientos locales del futuro inmediato. Tuvieron que hablar de esa manera para poder hacer frente a los requisitos que para el oficio profético Dios había determinado en el código Mosaico. El libro de Deuteronomio incluyó códigos para el sacerdote, el rey y el profeta. Observemos el código del profeta, que se encuentra en Deuteronomio 18:20-22, y que dice: "20El profeta que tenga la presunción de pronunciar en mi nombre una palabra que yo no le haya mandado pronunciar, o que hable en nombre de dioses ajenos, ese profeta morirá. 21Tal vez digas en tu corazón: ¿Cómo conoceremos que esta no es palabra del Señor? 22Si el profeta habla en nombre del Señor, y no se cumple ni acontece lo que dijo, esa palabra no es del Señor. Por presunción habló el tal profeta; no tengas temor de él". Si el evento local no transcurría exactamente como el profeta había predicho, ese profeta era señalado como un profeta falso y como tal era tratado. Usted puede tener la seguridad de que no hay ningún mensaje de un falso profeta en las inspiradas Sagradas Escrituras.

Si usted hubiera vivido en los tiempos de Isaías, ¿cómo habría sabido usted que un determinado profeta era un profeta verdadero? Usted le habría juzgado de acuerdo con sus profecías locales. Él no hablaba sólo de eventos de un futuro distante, como la primera y segunda venida de Cristo, sino también de eventos locales que ocurrirían en un futuro inmediato. Si estas predicciones locales no hubieran ocurrido exactamente en la forma en que fueron pronunciadas, el hombre que las anunció habría sido reconocido como un profeta falso y en consecuencia, habría sido apedreado.

 Los libros proféticos están llenos de profecías locales ya cumplidas. Todos los profetas anunciaron profecías locales para probar que eran genuinos. Recordemos que es necesario hacer una distinción marcada entre la profecía cumplida y la no cumplida. Cuando una profecía era anunciada por primera vez, por supuesto, era una profecía incumplida. Desde el tiempo en que las profecías fueron anunciadas, muchas de ellas se han cumplido. Una de las grandes evidencias de que estos hombres estaban comunicando las palabras de Dios, fue que cientos de esas profecías han sido cumplidas, y cumplidas literalmente.

El hombre no puede adivinar el futuro. Incluso a veces los informadores de las precisiones meteorológicas, con la ayuda de toda clase de dispositivos mecánicos, informáticos o científicos, tienen a veces dificultades para emitir pronósticos acertados.

La ley de la probabilidad compuesta prohíbe al hombre predecir el futuro sistemáticamente. Cada elemento incierto que se añada decrece su posibilidad de exactitud en un cincuenta por ciento. El ejemplo de cientos de profecías que se han cumplido literalmente apela de forma elocuente a la mente honesta del buscador sincero de la verdad. La profecía cumplida es una de las pruebas infalibles de la inspiración verbal y plena de las Sagradas Escrituras.

 ¿Por qué dio Dios tantas profecías sobre la primera venida de Cristo a la tierra? Hay una respuesta lógica y obvia. La llegada de Jesucristo a la tierra era un evento de la máxima importancia. Dios no quiso que a los israelitas se les pasara por alto semejante acontecimiento. Y Dios le señaló, le distinguió con tanta claridad que Israel no tendría excusa para no reconocerle cuando estuviera aquí en la tierra.

Cuando el Señor Jesucristo vino hace más de 2.000 años, aquellas personas que tenían el Antiguo Testamento y que conocían el Antiguo Testamento, tendrían que haberle estado esperando en el mesón de Belén, o por lo menos pendientes de la noticia de Su nacimiento, porque tenían toda la información que necesitaban. Y cuando aparecieron los magos del oriente buscando al Señor Jesús, los israelitas, al menos, tendrían que haber estado lo bastante interesados como para querer viajar con aquellos viajeros del oriente en sus camellos para comprobarlo por ellos mismos. ¡Ah, cuán importante era Su venida, y Dios la había predicho con tanta claridad!

Los profetas eran muy nacionalistas. Ellos reprendían el pecado de la adoración pagana tanto en los lugares altos como en los lugares bajos. Ellos advirtieron a la nación. Le rogaron a un pueblo orgulloso que se humillara y volviera a Dios. El fuego y las lágrimas se mezclaban en su mensaje, que no era sólo catastrofista, porque ellos vieron el Día del Señor y la gloria que seguiría después. Todos ellos miraron a través de las tinieblas hacia el amanecer de un nuevo día, y en la noche del pecado, ellos contemplaron la luz del Salvador y Soberano que venía. Ellos vieron al reino del milenio acercarse en toda plenitud. Su mensaje debe ser interpretado antes de lograr una comprensión del reino en el Nuevo Testamento. La perspectiva correcta del reino debe ser obtenida a través de los ojos de los profetas del Antiguo Testamento

Ahora, debemos decir que los profetas no eran superhombres, ellos eran hombres con sus pasiones, como nosotros, pero ellos, hablaban de parte de Dios, y su mensaje es aún la infalible e inspirada Palabra de Dios. Como nos dijo el apóstol Pedro, en su primera epístola, capítulo 1, versículos 10 y 11: "Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, procurando saber qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos."

La mayoría de los profetas se movieron en una órbita de oscuridad y anonimato. No proyectaron sus personalidades en la profecía que proclamaron. Jeremías y Oseas fueron la excepción a esta regla, lo cual veremos cuando estudiemos sus libros. Isaías nos dejó muy poca historia sobre sí mismo. En su libro hay unas escasas referencias a su vida y ministerio. En Isaías 1:1, nos dio la época en que transcurrió su vida: los reinados de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, todos ellos, reyes de Judá. En Isaías 6, el profeta registró su llamado personal y la comisión que recibió.

Los días en los cuales Isaías profetizó no fueron los más oscuros en el reino de Judá, desde un punto de vista interno. Uzías y Ezequías fueron gobernantes progresistas que procuraron servir a Dios. Pero los tiempos eran extremadamente difíciles debido a la amenaza del formidable reino de Asiria en el norte. El reino del norte de Israel ya había sido conducido al cautiverio.

 

La profecía de Isaías es sorprendentemente similar a la organización de la totalidad de la Biblia. Esta similitud puede verse en la siguiente comparación:

LA BIBLIA - ISAÍAS

66 Libros - 66 capítulos

39 Libros-Antiguo Testamento - 39 capítulos - Ley, gobierno de Dios

27 Libros-Nuevo Testamento - 27 capítulos -Gracia, Salvación de Dios.

Hay otras profecías que no fueron cumplidas durante la vida de Isaías, pero en la actualidad, ya se han cumplido. En esta categoría tenemos, por ejemplo, sus profecías sobre la ciudad de Babilonia. Estas profecías tan importantes que estamos estudiando contienen mensajes muy importantes, que podemos aplicar en nuestra vida diaria; mensajes que fortalecen nuestra confianza en Cristo y en Su obra de redención, y que renuevan nuestra confianza en el cumplimiento de todas las profecías de la Biblia.

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