miércoles, 6 de mayo de 2015
Estudio bíblico de Oseas 10:2-11:1
Continuamos hoy, nuestro viaje por el capítulo 10, de la profecía de Oseas, y nos estamos acercando ya al final de este breve libro. Aún nos encontramos en una sección en la cual Dios pronunció Su juicio sobre Israel. Dijimos que en este capítulo descubriríamos algo más que Israel estaba haciendo y que traería el juicio de Dios sobre ese pueblo. Comentando el versículo 1, dijimos lo siguiente: Él no estaba diciendo aquí que Israel era una viña que no producía fruto, porque durante este período Israel era un pueblo muy próspero. Dios estaba aún siendo bueno con ellos, aunque les estaba advirtiendo del inminente juicio. La frase que da de sí abundante fruto significa que Israel era una viña que se estaba vaciando a sí misma de su fruto, simplemente arrojando fruto sobre el pueblo. Es que, aunque Dios había hecho a Israel un pueblo próspero, Él no estaba recibiendo el mérito por ello. Sus zonas urbanas estaban creciendo, estaban edificando viviendas de varios tipos y, como resultado, pensaron que todo iba bien. Su prosperidad los estaba atando a su verdadera condición. Y decía también este versículo: Cuando más abundante era su fruto, más se multiplicaban los altares. A medida que la población aumentaba, también aumentaban las imágenes. En otras palabras, su pecado se incrementó junto con el crecimiento de la población. Y a través de la historia podemos comprobar que la prosperidad y el poder han enceguecido a muchas naciones que brillaron intensamente en la escena mundial, pero de las que hoy solo quedan escombros y ruinas, lo cual revela que el juicio de Dios cayó sobre ellas.
La figura de la viña nos recuerda lo que el Señor Jesús dijo en el Evangelio de Juan, capítulo 15, a sus discípulos judíos en el aposento alto de una casa: Jesús les dijo, "Yo soy la vid verdadera". Él estaba diciendo que hasta ese momento, habían pensado que la identificación de ellos con la nación les daba acceso a Dios y una relación con Él. Ahora, esto ya no era cierto. El Señor Jesús estaba comenzando a llamar a un pueblo que se reuniera alrededor de Su nombre. Él sería la cabeza, y la Iglesia que estaría formando, sería su Cuerpo. Cuando dijo Yo soy la vid verdadera quiso decir que Su pueblo ya no adoraría por medio del templo, sino que vendría por medio de El al Dios vivo. Ahora, en el versículo 2, del capítulo 10, leemos:
"Su corazón está dividido. Ahora serán hallados culpables. Jehová demolerá sus altares y destruirá sus ídolos."
Dice aquí que el corazón de ellos estaba dividido. En realidad, adoraban a Dios, no dice que no lo hacían. Muchas personas iban a Jerusalén en los días de fiesta, como habían hecho en años anteriores, y se unían en la adoración a Dios. Sin embargo, ellos regresaban e iban a adorar a los becerros de oro que se habían instalado, y adorarían también a Baal. El corazón de ellos estaba dividido, un día adoraban a Dios y al día siguiente adoraban a Baal.
Y esa fue la condición que mencionó el apóstol Santiago en su epístola, en el capítulo 1, versículo 8, al afirmar que el hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos. Creemos que esta es la razón por la cual podemos encontrar tanta incoherencia en la vida de algunos hombres que desempeñan una función pública. Hablan de algo, y luego dicen otra opuesta. Se sabe que mucho, en privado usan un lenguaje puede llegar ser el más soez y ordinario, que no usarían en público. Después, las mismas personas pueden aparecer por televisión utilizando un lenguaje agradable, persuasivo y, en algunos casos, hasta piadoso. Estas actitudes opuestas constituyen la evidencia de un corazón dividido.
Es como si uno fuera a la iglesia el domingo y cantara alabanzas a Dios exaltando Sus bendiciones y al día siguiente, al regresara a su vida profesional, tomara el nombre de Dios en vano al perder el control de su carácter, impulsado por un mal genio, y maldijera todo lo que le saliera mal o lo irritara. Esa clase de vida dividida fue exactamente la misma clase de corazón dividido que acarreó el juicio sobre el pueblo de Israel. Ahora, el versículo 3 de este capítulo 10 de Oseas dice:
"Seguramente dirán ahora: No tenemos rey porque no temimos al Señor. Pero, ¿qué haría el rey por nosotros?."
O sea, que dirigían sus moradas al reino de Judá (o del sur) y consideraban que su rey no los estaba ayudando mucho. Su problema básico fue que tenían reyes impíos (en el reino del norte nunca tuvieron un buen rey), pero sus propios corazones no estaban en buena relación con Dios. Estimado oyente, para usted y para mí es fácil decir echar a las autoridades que nos gobiernan de todos nuestros problemas actuales, cuando el problema fundamental se encuentra en nuestros propios corazones, en nuestra vida interior, en la suya y en la mía. Ahora veamos lo que dice el versículo 4, que habló con mayor severidad:
"Ellos pronuncian palabras, juran en vano al hacer un pacto; por tanto, el juicio florecerá como hierbas venenosas en los surcos del campo."
Los últimos días del reino del norte deben haber estado caracterizados por un gran paralelismo con nuestro tiempo. Dice aquí Ellos pronuncian palabras. Ahora, ellos eran muy locuaces, grandes conversadores. Creemos que es evidente que los medios de difusión como radio, televisión y la prensa, han convertido a las personas de nuestra generación en las más locuaces. El ser humano es un ser vivo muy hablador. Harían faltan incontables resmas de papel impreso para registrar todo lo que se dice y, en realidad, una parte considerable no merecería la pena ser escuchada o tomada en serio. Hubiera sido mejor que mucho de lo dicho jamás se hubiera pronunciado, por ser intrascendente o por el daño que haya podido causar. Sin embargo, los que tanto han hablado han cobrado verdaderas fortunas por lo dicho y escrito. Y, por supuesto, muy poco o nada de lo dicho tuvo que ver con traer a las personas de regreso a su creencia en Dios, con un retorno a Dios y a Su Palabra y con invitar a las personas a dirigirse al Señor Jesucristo como su Salvador.
Dice este versículo 4, Ellos pronuncias palabras, juran en vano al hacer un pacto, o sea, que hablaban mucho y casi nada de lo que decían se podía creer. En nuestro tiempo, y en algunos países, en actos oficiales, frecuentemente se ha utilizado la Biblia cuando alguien pronuncia un juramento solemne para decir "toda" la verdad. Si una persona, de cualquier manera va a mentir, todo juramento pronunciado sobre una Biblia sería una blasfemia para el libro de Dios. Si la Biblia no significa nada para las personas, ¿por qué debería usarse para convalidar ciertos actos? Francamente, nos molesta ver a alguien colocar su mano sobre una Biblia, oírle jurar que va a decir la verdad y nada más que la verdad, y después oírle decir una mentira.
¿Cuántos cristianos habrá que han pronunciado ciertas palabras para establecer un pacto falso? ¿Cuántas personas han pasado al frente de una congregación cristiana para dedicar sus vidas a Dios, incluso haciéndolo en repetidas ocasiones, y sin embargo, en sus vidas no ha cambiado nada? ¿Con cuánta frecuencia hemos pronunciado palabras pero no hemos verdaderamente hablado en serio con Dios?
Y en la segunda parte de este versículo 4 dice por tanto, el juicio florecerá como hierbas venenosas en los surcos del campo. En otras palabras, descendiendo al nivel de la mayoría de nosotros, el juicio surgirá como hierbas malas en nuestros adornados jardines. Continuemos leyendo el versículo 5 de este capítulo 10 de Oseas:
"Por las becerras de Bet-avén serán atemorizados los moradores de Samaria. Sí, su pueblo se lamentará a causa del becerro, lo mismo que los sacerdotes que se regocijaban de su gloria, la cual será disipada."
Bet-avén fue una expresión de ridículo para Betel. Ya que uno de los dos becerros de oro estaba situado en Betel y el otro en Samaria, los pueblos de esas dos ciudades estaban celosos el uno del otro acerca de quién tenía el becerro más grande, o sobre cuál de ellos tenía más oro que el otro.
Y se añadió aquí Si, su pueblo se lamentará a causa del becerro. Una de las ideas que subyace tras este lamento a causa de estos becerros es realmente la idea de que los pueblos que adoraban a estos becerros trataban de superarse entre sí. Y nosotros a veces nos jactamos de nuestras posesiones materiales y cuando algún conocido compra algo que puede verse notoriamente, en público, como por ejemplo, un coche, una casa o cualquier otro elemento, surge en nosotros el deseo de superarlo. Comparemos nuestra actitud con la de aquellos antiguos israelitas, tratando de superarse entre sí en su adoración a sus respectivos becerros de oro.
Y termina diciendo este versículo lo mismo que los sacerdotes que se regocijaban de su gloria, la cual será disipada. Dios estaba diciendo: "Toda la gloria de vuestra religión de la que vuestros sacerdotes han presumido, un día desaparecerá". La palabra Icabod que significaba "la gloria ha partido" sería escrita sobre la puerta. ¿Y qué le sucedería al becerro? Y el versículo 6 de este capítulo 10 dice:
"El propio becerro será llevado a Asiria como presente al gran rey. Efraín será avergonzado, e Israel se avergonzará de su consejo."
Los becerros de oro iban a ser llevados a Asiria como un regalo para el rey de aquel imperio. Y sería un regalo muy especial para aquel rey, después de todo, había mucho oro en aquellos becerros.
Dice también aquí: Efraín será avergonzado, e Israel se avergonzará de su consejo. Su consejo resultaría en un completo fracaso. Dice el versículo 7:
"De Samaria fue cortado su rey como espuma sobre la superficie de las aguas."
Dios dejó bien en claro que Él iba a interrumpir el reinado del rey del norte. Sería removido como la espuma -otras versiones traducen "como una astilla"-sobre la superficie de las aguas. Ese linaje real, así como el otro linaje del reino del sur, quedarían reducidos a la nada. Y continuamos leyendo el versículo 8:
"Los lugares altos de Avén, el pecado de Israel, serán destruidos; sobre sus altares crecerá espino y cardo. Y dirán a los montes: ¡Cubridnos!; y a los collados: ¡Caed sobre nosotros!."
Dice aquí Los lugares altos de Avén....serán destruidos. Como hemos destacado en un programa anterior, ellos adoraban a sus ídolos en arboledas situadas en las montañas.
Y continuó diciendo Y dirán a los montes: "¡Cubridnos!"; y a los collados: "¡Caed sobre nosotros!". Esto significa que querrían esconderse del juicio que vendría sobre ellos. Estas mismas palabras serán también pronunciadas en la Gran Tribulación (como veremos en Apocalipsis 6:15-17). Continuemos leyendo el versículo 9 de este capítulo 10 de Oseas:
"Desde los días de Gabaa, tú has pecado, Israel. ¡Allí se han quedado! ¿No tomará la guerra en Gabaa a estos malvados?"
Estas palabras se refieren probablemente a los hechos terribles registrados en Jueces capítulos 19 y 20. Incluso después de la guerra civil y de que los hombres de Gabaa fueron aniquilados, el pecado permaneció, y Gabaa pasó a ser el emblema de una sensualidad burda y cruel. Junto con las prácticas idólatras de Israel también se cometían aberrantes pecados sensuales. Y dicen los versículos 10 y 11 de este capítulo 10 de Oseas:
"Los castigaré cuando lo desee; los pueblos se juntarán contra ellos cuando sean castigados por su doble crimen. Efraín es como una novilla domada a la que le gusta trillar. Mas yo pasaré el yugo sobre su lozana cerviz; yo unciré a Efraín, Judá tendrá que arar y Jacob quebrará sus terrones."
Aquí destacamos la frase Efraín es como una novilla domada a la que le gusta trillar. O sea, que era como una novilla a la cual le gustaba trillar el trigo (o separar el grano de la paja). Ellos disfrutaban de las hermosas y abundantes cosechas que obtenían, pero seguramente no les gustaba la idea de salir a arar la tierra para quebrar los terrones. Dios estaba diciendo que El obligaría a Efraín a volver a hacer precisamente aquello que no querían hacer. Y el versículo 12 continúa diciendo:
"Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; poneos a labrar el barbecho, porque es el tiempo de buscar al Señor, hasta que venga y os enseñe justicia."
Este es un principio que recorre toda la Biblia. Es exactamente lo que el apóstol Pablo escribió a los creyentes de Galacia, en el capítulo 6 de su carta, versículos 7 y 8: 7No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará, 8porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. El profeta Oseas estaba diciendo que si ellos sembraran con justicia, segarían misericordia. ¡Siempre ha sido cierto que no podemos vivir según las normas o esquemas del diablo y después esperar cosechar una recompensa de Dios! Y en este sentido continuó diciendo el versículo 13 de este capítulo 10 de Oseas:
"Habéis arado impiedad y segasteis iniquidad; comeréis fruto de mentira. Porque confiaste en tu camino y en la multitud de tus valientes"
Israel no había aprendido su lección. Había arado con maldad, que, como consecuencia, cosecharía maldad. Habían comido el fruto de la mentira. Confiaron en hombres poderosos, en sus dirigentes, quienes les mintieron. Y creyeron a aquellos hombres en vez de creer en Dios. Así que consiguieron exactamente lo que les estaba llegando -el fruto de las mentiras.
En el libro de Daniel, capítulo 4, versículo 17, leemos que Dios colocó sobre la nación a los más bajos o humildes de los hombres. En nuestro tiempo, indiferentemente de la tendencia política de que se hable, y hablando en general, desde una perspectiva global, es evidente que un pueblo pecador no puede elegir a un líder justo. No podemos ganarle a Dios en este asunto. Como dice un proverbio griego: "los dados de los dioses están cargados". Usted no puede jugar con Dios sin perder. Si usted cree que puede ser un mentiroso, un adúltero, o un ladrón, y salirse con la suya evitando las consecuencias, tenemos noticias para usted. Cuando usted eche los dados de la vida, pensará que caerán de tal manera que usted resulte el ganador. Bueno, Dios ya sabe cómo van a caer, porque Él los ha cargado. Cuando usted siembre pecado, cosechará pecado. Esto es inevitable. Si usted cree que puede escapar a los resultados del pecado, es como si estuviera haciendo a Dios mentiroso y convirtiendo a la Biblia en una falsedad. Es cierto que algunos han pensado que ya se las apañarán con su pecado, pero nadie lo ha conseguido. Si pudiéramos traer desde el pasado al rey Acab y a Jezabel, o a Judas, y a muchos otros que han muerto a través de la historia para que testificaran, ellos le dirían a usted que ellos no pudieron evitar las consecuencias de sus pecados. Continuemos leyendo el versículo 14 de este capítulo 10 de Oseas:
"En medio de tus pueblos se levantará un alboroto; todas tus fortalezas serán destruidas, como destruyó Salmán a Bet-arbel en el día de la batalla, cuando fue destrozada la madre con sus hijos."
El nombre Salman era una forma abreviada de Salmaneser, el rey de Asiria. El nombre Bet-arbel aparentemente se refería a un lugar que los griegos llamaban Arbela. Se encuentra en la parte norte del país en la región de Galilea. Parece que allí tuvo lugar una batalla, aunque es difícil identificar en la historia secular exactamente a qué incidente se refiere este versículo,
Dice aquí cuando fue destrozada la madre con sus hijos. Este fue un método usado no solo por los Asirios, sino también, posteriormente, por los Babilonios. Este fue mencionado por los israelitas cuando lloraban cautivos en Babilonia, y lo encontramos registrado en el Salmo 137, versículos 8 y 9, que dicen: Hija de Babilonia, la desolada, bienaventurado el que te de el pago de lo que tú nos hiciste. ¡Dichoso el que tome tus niños y los estrella contra la peña!
En las guerras, aquellos pueblos usaban métodos de destrucción terribles, brutales e incivilizados. Pero, hablando francamente, ¿eran tan incivilizados? ¿Somos mejores en la actualidad? ¿Ha leído usted acerca de las prácticas que se llevan a cabo en la cultura de las drogas, de las inmoralidades más aberrantes que hoy incluyen a los niños, de los adoradores de Satanás y de los modernos antropófagos? ¿Era el estrellar a los niños contra las rocas peor que los pecados que se cometen en nuestro tiempo? Y además, debemos destacar que los paganos crueles de nuestra generación, en general, no suelen ser condenados por nuestra sociedad. En cambio, en varios casos son aceptados e incluso, aprobados. Y dice el versículo 15:
"Así hará con vosotros Bet-el, por causa de vuestra gran maldad: al despuntar el día desaparecerá para siempre el rey de Israel."
Esto sucedió cuando vinieron los Asirios, y de la noche a la mañana lo israelitas fueron llevados a Asiria para vivir una vida de esclavitud. Y así llegamos a los capítulos 11 y 12, que llevarían por título
Oseas 11 - Israel debía ser juzgado, pero Dios no los abandonaría
Este capítulo se inicia con una nueva nota. Hasta este punto el énfasis había recaído en la desobediencia del pueblo de Dios, pero a partir de aquí, resonó una nueva nota. Este nuevo elemento era el amor de Dios. Leamos el versículo 1 de este capítulo 11 de Oseas:
"Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo."
Este versículo nos habla principalmente de la nación de Israel -de eso no hay ninguna duda. Revelaba la relación cercana entre Dios y la nación. En efecto, Dios estaba diciendo: "Israel como nación era mi hijo, y yo le saqué de Egipto. No lo saqué de Egipto porque era un pueblo extraordinario que me estaba sirviendo. No lo estaban haciendo, sino que, incluso entonces, eran personas dominadas por la idolatría. Así que no fue por su capacidad, su superioridad, virtudes que no tenían. Los saqué de Egipto porque los amaba". Y estimado oyente, esa fue la razón por la cual Él nos salvó a usted y a mí. El amor no es la base de la salvación, pero es el motivo de la salvación. Detrás de la redención que tenemos en Cristo, existe el hecho de que Él murió porque de tal manera amó Dios al mundo. Y aquí dice: Cuando Israel era niño, yo lo amé. Así que Dios dejó bien claro que los liberó de la esclavitud no porque se lo merecieran, ni porque hubieran realizado obras buenas, sino porque los amaba.
Mateo, en su Evangelio, capítulo 2, versículo 15, aplicó este versículo al Señor Jesucristo. Este fue un ejemplo de que como declaraciones del Antiguo Testamento pueden también tener una aplicación para el futuro. El niño que nació en Belén fue identificado con aquel pueblo ---Él era un israelita. La mujer de Samaria así lo identificó cuando llegó a buscar agua al pozo. En aquella ocasión (como vemos en Juan 4:9) le dijo. ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana?-porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. Dios le envió a Él a este mundo a morir, y el Señor Jesús vino y se identificó con Su pueblo. Como un niño fue trasladado a la seguridad de Egipto. Pero llegó el momento en que Dios lo llamó en aquel lugar seguro para que regresara al lugar del peligro dentro de la tierra. Se introdujo en la arena de la vida donde iba a demostrar el amor de Dios muriendo sobre la cruz ---para proveernos una redención y que el ser humano tuviera una base de justicia para que sus pecados pudieran ser perdonados. Se identificó con Su pueblo; Él se identificó con la humanidad; Se identificó con usted y conmigo. Como dijo el Evangelista Juan en su capítulo 3, versículo 16; 16»De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Estudio bíblico de Oseas 9:7-10:1
continuamos hoy, nuestro recorrido por el libro de Oseas. Ahora, cuando llegamos al capítulo 9 de Oseas, entramos a una nueva sección. En los capítulos 9 y 10, vemos que Israel entonces se dedicó a la producción agrícola. En aquél tiempo Israel estaba comenzando a considerar la prosperidad como una indicación que todo estaba bien en la nación. En otras palabras, estaban tratando de incrementar la producción de la tierra. Pero Dios dijo que no eran más que una novilla obstinada y reincidente. Él los había bendecido con prosperidad, y ello los había enceguecido con respecto a la realidad de su condición espiritual. En realidad, ellos estaban al borde del cautiverio, que era el castigo de Dios.
Y volvemos al capítulo 9, de este libro, vimos que en esta sección de la profecía de Oseas, vemos que se presentó el juicio porque Israel se había apartado de Dios, y se había entregado a toda clase de desviaciones, como la idolatría. En esta ocasión ellos estaban considerando a la prosperidad, como una indicación de que todo andaba bien. Sin embargo, como ya hemos indicado, estaban a las puertas mismas del juicio de Dios. Al continuar nuestro estudio, vamos a recordar ciertos detalles expuestos anteriormente en este capítulo 9. Al comenzar este capítulo, dice el primer versículo: No te alegres. Estaban pecando más pero en realidad lo estaban disfrutando menos. Dios dijo que ellos estaban comportándose como rameras. Y el versículo 1, termina diciendo: amaste el salario de rameras en todas las eras de trigo.
Y añade: amaste el salario de las rameras en todas las eras de trigo. En otras palabras, Israel estaba tratando de aumentar su producción, pero en vez de ello, esta situación se convirtió en un juicio sobre ellos. El mercado de valores estaba en alza e imperaba la abundancia. Las estanterías de los supermercados estaban llenas de alimentos; había muchas bebidas alcohólicas a la venta, lo cual fue negativo para Israel. Había una prosperidad falsa en la tierra, y estaban lejos de sentir una dependencia de Dios. Y Él los juzgó con la prosperidad. Fue como si les hubiera dicho: "Os he provisto de todo. Le estáis atribuyendo el mérito a vuestra propia ingenuidad, a vuestra propia capacidad. Sois un pueblo orgulloso, no me estáis mirando a mí, ni me estáis atribuyendo el mérito en absoluto."
Y en el versículo 3, del capítulo 9, de Oseas, leemos:
"No se quedarán en la tierra del Señor, sino que Efraín volverá a Egipto y a Asiria, donde comerán comida inmunda."
Esta frase fue terminante. No se quedarán en la tierra del Señor. Dios dejó en claro que Él iba a expulsarlos de la tierra. Aunque dijo que nunca olvidaría Sus pactos con Abraham, Moisés y David, la posesión de la tierra por parte de Israel, siempre dependió de su obediencia a Dios. Y en aquel tiempo Él iba a removerlos de la tierra.
Y continúa diciendo el versículo que en Egipto y en Asiria, se alimentarían de comida inmunda. El pueblo se había estado apartando de Dios y quebrantando Su ley. Entonces Dios dijo: "Verdaderamente voy a daros una dieta de alimentos impuros". No se iban a divertir más ---estaban pecando más, pero disfrutándolo menos. Y creemos que esto es cierto en la experiencia de muchas personas. Un hombre se acercó una vez a un pastor y le dijo: "El motivo por el cual he venido esta noche es que he probado todo lo que hay en el mundo, y estoy harto del pecado". Este hombre estaba pecando más, pero había dejado de disfrutarlo, y ese factor fue el que finalmente lo trajo a Cristo.
Después de leer los versículos 4 al 6, recordamos que muchos de ellos fueron a la tierra de Egipto después del cautiverio. Fuera de la tierra, ellos no podrían adorar a Dios como Él querría que le adoraran.
Llegamos ahora sí a la sección en la cual estábamos en nuestro programa anterior. Veamos, pues, lo que dice el versículo 7, de este capítulo 9, de Oseas:
"Vinieron los días del castigo, vinieron los días de la retribución. ¡Israel lo sabrá! Necio es el profeta, insensato es el hombre de espíritu, a causa de la enormidad de tu maldad y de la inmensidad de tu odio."
Lo que sucedió fue que Israel había perdido su rumbo espiritual. ¿Por qué? Por causa del liderazgo. El profeta Oseas lo dijo y puede usted culparle a él por haber afirmado lo siguiente: "el profeta es un necio". Ese tipo de profeta había hecho extraviar a la nación, la había conducido por el mal camino.
Israel como pueblo le había dado la espalda a Dios y, en consecuencia, el juicio era inminente. Ellos no tenían discernimiento espiritual. Lo que más nos preocupa hoy en nuestro pueblo y en otros es la ignorancia de la Palabra de Dios. En el día de hoy recibimos cartas de muchas personas que están abandonando sectas y cultos, y nos alegramos por ello. Pero, ¿cómo fueron atrapados en todas esas creencias? Solamente tenemos una explicación: es la ignorancia de la Palabra de Dios, y la falta de discernimiento espiritual. Dios dijo que Él tenía la intención de castigar a Israel, y que ello constituiría una ilustración para cualquier nación que pretenda considerarse una nación cristiana. Continuemos leyendo el versículo 8 de este noveno capítulo de Oseas:
"El profeta, atalaya de Efraín, está junto a mi Dios; lazos de cazador se le tienden en todos sus caminos, se le odia aun en la casa de su Dios."
Dice aquí el profeta, atalaya de Efraín, está junto a mi Dios. Evidentemente, había algunos que fueron considerados fanáticos fundamentalistas en aquellos días, que estaban advirtiendo al pueblo del inminente juicio.
Sin embargo, dice aquí que al profeta lazos de cazador se le tienden en todos sus caminos. Y ese es un lenguaje bastante duro, que nosotros no usaríamos para hablar de aquellos obstaculizaran la labor de un profeta. Hay muchos que profesan ser cristianos o parecen afines al cristianismo que actúan hoy tendiendo trampas u obstaculizando la labor de los portadores del mensaje de Dios, y se caracterizan por su hostilidad hacia los que permanecen leales al mensaje de Dios. Continuamos adelante, y veamos lo que dice el versículo 9 de este capítulo 9 de Oseas:
"Llegaron hasta lo más bajo en su corrupción como en los días de Gabaa. Él se acordará de su iniquidad y castigará su pecado."
Había muchas dudas por resolver acerca del problema, y Dios tenía intención de juzgar el pecado. Quizás a usted no le agrade la idea, pero eso fue lo que Él dijo: Dios piensa juzgar al pecado. Aquí se expresó esto muy claramente, y no dejó ningún lugar a dudas. Él va a castigar el pecado. Escuchemos lo que dice el versículo 10:
"Como uvas en el desierto hallé a Israel; vi a vuestros padres en sus primicias como la fruta temprana de la higuera. Pero al acudir ellos a Baal-peor, se apartaron para vergüenza, y se hicieron abominables como aquello que amaban."
Ahora, la viña y la higuera son símbolos de la nación de Israel, que se usaron por toda la Biblia.
Israel no sólo estableció la adoración al becerro en Samaria y Betel, si no que bajo el reinado de Acab y Jezabel, también trajeron a los profetas de Baal. Prestemos ahora atención a lo que Dios dijo de una manera muy clara en el versículo 11:
"La gloria de Efraín volará cual ave, de modo que no habrá nacimientos ni embarazos ni concepciones."
¿Ha salido a cazar aves alguna vez, y ha pasado las frías horas de la mañana esperando a que salga el sol, junto a una trampa de aves o en un bote en el lago? Entonces, justo antes de que salga el sol y usted pueda finalmente comenzar a disparar, alguna otra persona que se encuentra en las proximidades dispara una escopeta, y todos los patos del lago y de las cercanías remontan el vuelo. Y usted simplemente se sienta allí y observan como las aves se alejan volando. Esta fue una imagen de la gloria de Efraín, que se estaba apartando de ellos. Esta nación había causado un tremendo impacto sobre el mundo antiguo, pero esa gloria se estaba alejando como un ave en su vuelo hacia las alturas. Y el versículo 12 de este capítulo 9 continúa diciendo:
"Aunque lleguen a crecer sus hijos, los quitaré de entre los hombres. ¡Ay de ellos también, cuando de ellos me aparte!"
Este fue otro juicio que Dios iba a traer sobre ellos. Dios había prometido a Abraham no solo entregarle la tierra, sino también multiplicar su descendencia. Dios había dicho que la descendencia de Abraham sería como la arena junto al mar, y como las estrellas en el cielo. Dios había cumplido esa promesa, pero entonces el pueblo había pecado y Él dijo: "Ahora vais a experimentar una gran disminución en vuestra natalidad, y eso será parte de mi castigo, de mi juicio sobre vosotros"
La frase los quitaré de entre los hombres no es una declaración que indicó que Dios eliminaría la población, sino que lo que quiso decir fue que no quedaría ningún hombre que se declarara públicamente a favor de Dios. Y en el versículo 13 de este capítulo 9 de Oseas, leemos:
"Efraín, según veo, es semejante a Tiro, situado en un lugar delicioso; pero Efraín llevará sus hijos a la matanza."
Aquí tenemos una referencia a la ciudad de Tiro. Hasta este punto, Dios aun no había castigado a Tiro, que en esa época era un gran centro comercial situado en un lugar muy hermoso. Su prosperidad era como una fiebre, que se propagó en el reino del norte, que también se convirtió en un centro comercial. Había una prosperidad falsa en la tierra, y la gente se estaba dejando engañar por ella. Ahora en el versículo 14, de este capítulo 9 de Oseas leemos lo siguiente:
"Dales, Señor, lo que les has de dar; dales matriz que aborte y pechos enjutos."
Sus mujeres iban a ser estériles. Y ese formaría parte del juicio de Dios sobre ellos. Ahora, el versículo 15, dice:
"Toda la maldad de ellos se manifestó en Gilgal; allí, pues, les tomé aversión. Por la perversidad de sus obras los echaré de mi Casa. Ya no los amaré más; todos sus príncipes son desleales."
En otras palabras, Dios les dijo que el pecado del pueblo en Gilgal trajo Su castigo sobre ellos, aunque Él los amaba. Y en este momento les estaba diciendo: "Y esto debería ser una advertencia para vosotros. Os castigaré otra vez, y llegaréis a la conclusión de que no os amo más". Y en el versículo 16, leemos:
"Efraín fue herido, su raíz está seca, no dará más fruto. Aunque engendren, yo haré morir el precioso fruto de su vientre."
El juicio de Dios iba a venir no solo sobre el fruto de la tierra, sino también sobre el nacimiento de los hijos. Y el versículo 17, último de este capítulo 9 de Oseas, dice:
"Mi Dios los desechará porque ellos no lo oyeron, y andarán errantes entre las naciones."
Dios dijo que Él los expulsaría de la tierra y ellos andarían errantes entre las naciones, es decir, que serían viajeros nómadas entre las naciones. Las diez tribus como tales no regresaron después del cautiverio. Es cierto que regresaron con el pueblo de Judá como una población mezclada, y se dispersaron por la tierra. En realidad, encontramos que José y María, que eran miembros de la tribu de Judá, estaban viviendo en la zona norte, en Galilea. Hubo una gran dispersión incluso en aquella tierra cuando ellos regresaron después del cautiverio en Babilonia, así que hoy, el judío término medio no podría decirnos a qué tribu pertenece. Y así llegamos al
Oseas 10
Nos encontramos en una sección en la que Dios pronunció Su juicio sobre Israel. En este capítulo descubrimos algo más que Israel estaba haciendo que traería el juicio de Dios sobre ese pueblo.
Vamos a leer entonces el versículo 1 de este capítulo 10 de Oseas, que inicia un párrafo que hemos titulado:
Israel se convertiría en una viña que no produciría fruto
"Israel es una frondosa viña que da de sí abundante fruto. Cuanto más abundante era su fruto, más se multiplicaban los altares; cuanto mayor era la bondad de su tierra, mejor hacía sus ídolos."
Él no estaba diciendo aquí que Israel era una viña que no producía fruto, porque durante este período Israel era un pueblo muy próspero. Dios estaba aún siendo bueno con ellos, aunque les estaba advirtiendo del inminente juicio. La frase que da de sí abundante fruto significa que Israel era una viña que se estaba vaciando a sí misma de su fruto ---simplemente arrojando fruto sobre el pueblo. Es que, aunque Dios había hecho a Israel un pueblo próspero, no estaba recibiendo el mérito por ello. Sus zonas urbanas estaban creciendo, estaban edificando viviendas de varios tipos y, como resultado, pensaron que todo iba bien. Su prosperidad los estaba atando a su verdadera condición.
Dice aquí: Cuando más abundante era su fruto, más se multiplicaban los altares. A medida que la población aumentaba, también aumentaban las imágenes. En otras palabras, su pecado se incrementó junto con el crecimiento de la población.
Y a través de la historia podemos comprobar que la prosperidad y el poder han enceguecido a muchas naciones que brillaron intensamente en la escena mundial, pero de las que hoy solo quedan escombros y ruinas, lo cual revela que el juicio de Dios cayó sobre ellas.
La figura de la viña nos recuerda lo que el Señor Jesús dijo en el Evangelio de Juan, capítulo 15, a sus discípulos judíos en el aposento alto de una casa: Les dijo, "Yo soy la vid verdadera". Él estaba diciendo que hasta ese momento, habían pensado que la identificación de ellos con la nación les daba acceso a Dios y una relación con Él. Ahora, esto ya no era cierto. El Señor Jesús estaba comenzando a llamar a un pueblo que se reuniera alrededor de Su nombre. Él sería la cabeza, y la Iglesia que estaría formando, sería Su cuerpo. Cuando Jesús dijo Yo soy la vid verdadera quiso decir que Su pueblo ya no adoraría por medio del templo, sino que vendría por medio de Él al Dios vivo.
Estudio bíblico de Oseas 8:1-9:16
Continuamos hoy, nuestro viaje por el libro del profeta Oseas. Y si usted ya tiene su Biblia a mano, le invitamos a que la abra en el libro de Oseas, capítulo 8. Todos los profetas tuvieron no solo un mensaje local, sino también un mensaje que se proyectaba hacia el futuro, incluso hacia un futuro situado en el tiempo más allá de nuestro tiempo. Sin embargo su mensaje sí tiene una aplicación para nosotros. No hay profecías más aplicables a nosotros que las de Oseas y Jeremías. Cada uno de estos profetas profetizó justamente en el los días de la caída de la nación. Sus mensajes deberían alarmarnos hoy, teniendo en cuenta la situación que encontramos en nuestros pueblos. Pero no tenemos ya la fe de que los juicios de Dios se lleven a cabo, porque nos tememos que probablemente hemos cruzado esa línea a partir de la cual no hay retorno, y que ese juicio es inevitable, tal como lo fue para Israel. En el primer párrafo de este capítulo, veremos que
Israel se volvió a los becerros de oro y altares de pecado
A medida que Israel se fue alejando de Dios, los israelitas recurrieron a su rey a sus riquezas para ser liberados. Leamos entonces los versículos 1 al 4 de este octavo capítulo de 8 de Oseas:
"Lleva a tu boca la trompeta, pues un águila viene sobre la casa del Señor, porque traspasaron mi pacto y se rebelaron contra mi Ley. A mí clamará Israel: Dios mío, te hemos conocido. Israel desechó el bien: el enemigo lo perseguirá. Ellos establecieron reyes, pero no escogidos por mí; constituyeron príncipes, mas yo no lo supe; de su plata y de su oro hicieron ídolos para sí, para ser ellos mismos destruidos."
En la frase porque traspasaron mi pacto y se rebelaron contra mi ley, Dios les estaba explicando por qué los iba a enviar al cautiverio. Antes, Él les expuso en detalle sus pecados y les mostró que ellos habían quebrantado sus mandamientos, pero que sus pecados también producido el resultado el su quebrantamiento del pacto que Dios había hecho con ellos. Dios había hecho un pacto con Abraham que era aplicable a ellos, y había hecho un pacto con Moisés que también era aplicable a ellos, especialmente en lo que se refería a la tierra, pero si ellos no le servían Él los expulsaría de la tierra. Y después, Dios también hizo un pacto con David. Ahora, el pueblo había quebrantado estos pactos, pero Dios nunca los quebrantaría. El pacto que Dios hizo con Abraham y el pacto que hizo con David eran incondicionales (el pacto con Moisés era condicional). El pueblo podía transgredir el pacto, y cuando lo hicieron, fueron castigados. Fueron expulsados de la tierra, pero ello nunca ha alterado el hecho de que Dios les daría esa como posesión eterna. Simplemente significó que aquella generación fue expulsada de la tierra, pero que otra generación sería traída de regreso. Eso fue lo que sucedió cuando ellos salieron de Egipto. Como el pueblo no entraría en la tierra a causa de su incredulidad, Dios les dijo que ellos nunca entrarían en la tierra, pero sus hijos sí la habitarían.
Y continuó diciendo Dios. Ellos establecieron reyes, pero no escogidos por mí. Dios había dicho que la línea de David iba a reinar en Israel. Jeroboam dirigió una rebelión, y la línea de reyes que a partir de entonces se estableció no estuvo formada por reyes que se volvieran al Dios vivo. Estos reyes nunca intentaron, de ninguna manera, llevar a la gente a la adoración de Dios. En cambio, todos ellos se volvieron hacia la idolatría. Jeroboam, desde el mismo comienzo, instaló dos becerros de oro; uno en Samaria, el otro en Betel ---y lo hizo para evitar que el pueblo regresara a Jerusalén en el sur para adorar en el templo. Dios los juzgó y castigó, por haber establecido reyes que Él no aprobó. Y en el versículo 5 de este capítulo 8 de Oseas, leemos:
"Tu becerro, Samaria, te hizo alejarte. Se encendió mi enojo contra ellos: ¿Cuando alcanzaréis la purificación?"
Destacamos la pregunta: ¿Cuándo alcanzaréis la purificación? Ellos eran culpables; eran pecadores, no eran inocentes en absoluto.
Aquí dice: Tu becerro, Samaria. Samaría se había convertido en la capital de Israel bajo el rey Omri, el padre del rey Acab. Acab se casó con Jezabel, cuyo padre era un sacerdote en Sidón, entre los Fenicios, y adorador de Baal. Jezabel había trasladado a Israel a varios centenares de profetas de Baal, y muchos israelitas se convirtieron en adoradores de Baal.
El versículo continúa diciendo Se inició mi enojo contra ellos. Dios tenía la intención de juzgarlos. Samaria es hoy un lugar desolado aun en la actualidad. Aunque es un lugar muy hermoso, una zona muy poblada, cuando un turista visita ese lugar, descubre que la desolación allí es sobrecogedora. Uno no puede evitar ese sentimiento cuando visita ese lugar. Pero uno no puede menos que recordar que en una época hubo en Samaria palacios de marfil. Los arqueólogos dicen que han encontrado en aquellas ruinas, hermosas botellas de perfume hechas de marfil, y toda clase de hermosos objetos de marfil desechados. A veces hemos observado que los turistas sienten una cierta depresión después de visitar esas ruinas, y con toda la razón. Dios había juzgado a Samaria. Era una hermosa región, con edificios atractivos, pero el juicio de Dios vino sobre ella porque el pueblo se había alejado de Él, y estaban adorando al becerro en aquel lugar. Continuemos leyendo el versículo 6 de este capítulo 8 de Oseas:
"Porque ese becerro es de Israel; un artífice lo hizo. No es Dios, por lo que será deshecho en pedazos el becerro de Samaria."
No sabemos donde se podría encontrar ese becerro de oro en la actualidad. Los arqueólogos no han encontrado ningún fragmento de él en esa zona. Probablemente fue llevado a algún otro lugar y despedazado o incluso fundido. Dios le dijo a este pueblo: "Os habéis alejado de mí para adorar este becerro, pero él no es Dios y no os puede ayudar". Escuchemos lo que dice el versículo 7 de este capítulo 8:
"Porque sembraron vientos, segarán tempestades. No tendrán mies ni su espiga dará harina; y si la da, los extranjeros la comerán."
Este versículo nos habla del juicio del hambre y del enemigo que iba a llegar a la tierra. Y dice el versículo 8:
"¡Devorado será Israel! Pronto será entre las naciones como vasija que no se estima"
Veamos esta frase. ¡Devorado será Israel! ¿Sabe usted donde están las diez tribus hoy? Muchas personas se han volcado a la idea de identificar a la tribu de Efraín con alguna nación, Pero usted puede leer en estos capítulos que hablan del juicio de Dios contra Efraín. Por ello es imposible identificar a cualquier nación del presente con Efraín No hay otra cosa que se mencione sobre Efraín sino juicio.
Y añade el versículo pronto serán entre las naciones como vasija que no se estima. No podemos localizar o identificar hoy a las tribus de Israel. Creemos que el pueblo de Israel se mezcló con la tribu de Judá cuando ellos regresaron a la tierra después del cautiverio, y que no ha habido forma de separarlos desde aquel tiempo. En la actualidad, ellos están dispersados por todo el mundo. En realidad, hay más judíos en la ciudad de Nueva York que en toda la nación de Israel; se calcula que, por lo menos, el número de personas que vive fuera de Israel es cuatro veces mayor al que vive hoy en Israel. Y después, en el versículo 9, tenemos otra razón específica del por qué de este juicio y castigo. Leamos el versículo 9:
"Pues ellos subieron a Asiria como un solitario asno salvaje. Efraín se ha alquilado amantes."
Aquí tenemos otra acción específica que desencadenó el juicio de Dios sobre Israel. ¡Y qué condenación fue esta! Fueron comparados con esos asnos de orejas largas. Israel se dirigió a Asiria buscando ayuda y trató de sobornar a Asiria, como vemos en la frase Efraín se ha alquilado amantes.
Sin embargo, descubrieron que no podían sobornar a Asiria. En cambio Dios utilizaría a Asiria para juzgarlos. Leamos ahora los versículos 10 y 11 de este octavo capítulo de Oseas:
"Aunque las alquile entre las naciones, ahora los reuniré, y serán afligidos un poco de tiempo bajo la carga del rey y de los príncipes. Porque multiplicó Efraín los altares para pecar, tuvo altares solo para pecar."
Un altar es un lugar para la adoración, y Dios le dio había dado a la nación de Israel un altar. Si usted estuvo con nosotros cuando estudiábamos la epístola a los Hebreos (el libro anterior antes de comenzar el estudio de este libro de Oseas) recordará que allí vimos que la iglesia tiene un altar celestial; el trono de Dios es hoy un trono de gracia para nosotros, y el Señor Jesús es nuestro Sumo Sacerdote en ese altar, haciendo intercesión por nosotros. En realidad, un altar es un lugar de adoración, pero Dios dijo aquí Porque multiplicó Efraín los altares para pecar, tuvo altares solo para pecar. Israel se había vuelto a la religión, a la adoración de ídolos, y esa conducta no les ayudó, sino que trajo juicio sobre ellos.
La religión, estimado oyente, ha sido una de las cosas más negativas que este mundo jamás ha experimentado. La religión ha condenado al mundo. Usted puede observar algunos países en el presente donde la gente no puede comer ciertos alimentos por el carácter sagrado que se ha asignado a ciertos animales. Hay multitudes muriendo de hambre, y sin embargo, la gente no puede criar cierta clase de ganado para obtener alimentos. Estimado oyente, a través de la historia, la religión no nos ha ayudado mucho sino, más bien, ha inutilizado o detenido el progreso, perjudicando a la raza humana, Solo el Señor Jesús puede librarnos. Continuemos leyendo el versículo 12 de este capítulo 8 de Oseas:
"Le escribí las grandezas de mi Ley, y fueron tenidas por cosa extraña."
Dice aquí: y fueron tenidos por cosa extraña. Es decir, que la gente no sabía nada sobre la ley de Dios. Decimos esto con frecuencia porque son tan pocos que lo están diciendo. Dios estaba diciendo aquí, "les he dado mi Palabra escrita, y para ellos es algo extraño, Le escribí las grandezas de mi ley, pero ellos la veían como algo extraño. La ignoraban. Esa fue la condenación de Israel y, estimado oyente, y la condenación de otras naciones también. Algunas naciones tratan de pasar por naciones cristianas civilizadas, y son cualquier cosa menos eso. La ignorancia que existe sobre la Palabra de Dios, es sorprendente. Esa es la razón por la cual nos dedicamos a enseñar la Biblia. La tarea más importante que tiene la iglesia es exponer y difundir la Palabra de Dios. Lo importante es que cuando un pastor o predicador ocupe su lugar en el púlpito presente la Palabra de Dios. Y si él así lo hace, entonces debería ser respaldado por todos los que amamos esa Palabra. Y hay muchas personas que están llevando a cabo esta tarea en muchas partes. Nos alegramos al contemplar el crecimiento que ha experimentado nuestro programa; sin embargo, esto es sólo como una gota en un cubo, porque multitudes de personas hoy son ignorantes de la Palabra de Dios. Continuemos leyendo ahora el versículo 13 de este capítulo 8 de Oseas:
"En los sacrificios de mis ofrendas sacrificaron carne y comieron; El Señor no los quiso aceptar. Ahora se acordará él de su iniquidad, castigará su pecado y tendrán que volver a Egipto."
Ellos cumplían la ceremonia, tenían el ritual, y conocían bien el vocabulario, pero eso era todo. El Señor los conocía y no los aceptaba. Uno se da cuenta que hay personas que aprenden muy bien el lenguaje de las verdades fundamentales de la Biblia, ya que existe un vocabulario especial. Hay personas que aprenden a decir: "Alabado sea el Señor", y "Que el Señor le bendiga". Y estas son expresiones maravillosas por cierto, pero en la boca de algunas personas, no tienen sentido. A ellas se les podría aplicar la frase de este versículo: el Señor no los quiso aceptar.
Y continúa diciendo el versículo 13, Ahora se acordará él de su iniquidad, castigará su pecado y tendrán que volver a Egipto. Fue evidente que cuando Babilonia destruyó a Asiria, muchas personas de las diez tribus (del reino del norte) se unieron a aquellos que desde Judá fueron llevados al cautiverio en Babilonia y regresaron a la tierra. También sabemos, por el libro de Jeremías, que en el tiempo del cautiverio de Babilonia, muchos del pueblo se dirigieron a Egipto. Creemos, que esto fue de lo que Oseas estaba hablando aquí, pero hay algunos buenos expositores Bíblicos que no están de acuerdo con este punto de vista. Ahora, el versículo 14, de este capítulo 8, de Oseas, dice:
"Olvidó, pues, Israel a su Hacedor, y edificó templos. Judá multiplicó sus ciudades fortificadas, mas yo mandaré a sus ciudades fuego que consumirá sus palacios."
La primera frase es significativa. Olvidó, pues, Israel a su Hacedor, y edificó templos. Ellos habían tratado de edificar sustitutos para el templo de Jerusalén. Era en aquel templo, y solo en aquel templo, que Dios había dispuesto que los sacrificios debían ofrecérsele a Él. Dice aquí también Judá multiplicó sus ciudades fortificadas. El pueblo de Judá también había pecado y Dios los juzgaría más tarde. Lo primero que iba a suceder sería que estos templos en Israel iban a ser destruidos. Es interesante que la parte norte de Israel parezca estar más desolada que cualquier otra parte de esa tierra. En la zona del Neguev, hacia el sur, donde no llueve, uno esperaría que la tierra estuviera en esa condición desolada. Pero en la zona norte, especialmente en el valle del Esdraelon ---que es uno de los valles más ricos y fértiles del mundo--- uno no espera ver la desolación que encuentra allí. Sin embargo por toda esa parte, aun hasta el día de hoy, uno ve las evidencias del juicio de Dios que cayó sobre esa tierra. Y así llegamos al
Oseas 9 - Israel se volvió a oucpar de la productividad de la tierra
Ahora, cuando llegamos al capítulo 9 de Oseas, entramos a una nueva sección. En los capítulos 9 y 10, vemos que Israel entonces se dedicó a la producción agrícola. En aquel tiempo Israel estaba comenzando a considerar la prosperidad como una indicación que todo estaba bien en la nación. En otras palabras, estaban tratando de incrementar la producción de la tierra. Pero Dios dijo que no eran más que una novilla obstinada y reincidente. Él los había bendecido con prosperidad, y ello los había enceguecido con respecto a la realidad de su condición espiritual. En realidad, estaban al borde del cautiverio, que era el castigo de Dios. Leamos ahora el versículo 1 de este capítulo 9 de Oseas:
"No te alegres, Israel, no saltes de gozo como otros pueblos, pues te has prostituido al apartarte de tu Dios. Amaste el salario de rameras en todas las eras de trigo."
La frase inicial, no te alegres, Israel, no saltes de alegría como otros pueblos. Estaban pecando más, y disfrutándolo menos.
Y continúa diciendo el versículo: pues te has prostituido al apartarte de Dios. Se habían comportado como una ramera.
Y añade: amaste el salario de las rameras en todas las eras de trigo. En otras palabras, Israel estaba tratando de aumentar su producción, pero en vez de ello, esta situación se convirtió en un juicio sobre ellos. El mercado de valores estaba en alza e imperaba la abundancia. Las estanterías de los supermercados estaban llenas de alimentos; había muchas bebidas alcohólicas a la venta, lo cual fue negativo para Israel.
Para algunas personas en muchos países, la bolsa de valores es mucho más importante que las Escrituras. Esto fue lo que estaba sucediendo en Israel --- había una prosperidad falsa en la tierra, y estaban lejos de sentir una dependencia de Dios. Y El los juzgó con la prosperidad. Fue como si les hubiera dicho: "Os he provisto de todo. Le estáis atribuyendo el mérito a vuestra propia ingenuidad, a vuestra propia capacidad. Sois un pueblo orgulloso, no me estáis mirando a mí, ni me estáis atribuyendo el mérito en absoluto". Esta era, pues, la situación en Israel, y ocurre que también es la misma situación imagen de otros pueblos hoy. Dice el versículo 2:
"El trigo y la uva no los sustentarán, y les fallará el mosto (o vino nuevo)"
En otras palabras, iba a haber escasez en vez de abundancia. En el versículo 3, leemos:
"No se quedarán en la tierra del Señor, sino que Efraín volverá a Egipto y a Asiria, donde comerán comida inmunda."
Esta frase fue terminante. No se quedarán en la tierra del Señor. Dios dejó en claro que Él iba a expulsarlos de la tierra. Aunque les dijo que nunca olvidaría Sus pactos con Abraham, Moisés y David, la posesión de la tierra por parte de Israel, siempre dependió de su obediencia a Dios. Y en aquel tiempo Él iba a removerlos de la tierra.
Y continúa diciendo el versículo que en Egipto y en Asiria, se alimentarían de comida inmunda. El pueblo se había estado apartando de Dios y quebrantando Su ley. Entonces Dios dijo: "Verdaderamente voy a daros una dieta de alimentos impuros", No se iban a divertir más ---estaban pecando más, pero disfrutándolo menos. Y creemos que esto es cierto en la experiencia de muchas personas. Un hombre se acercó una vez a un pastor y le dijo: "El motivo por el cual he venido esta noche es que he probado todo lo que hay en el mundo, y estoy harto del pecado". Este hombre estaba pecando más, pero había dejado de disfrutarlo, y ese factor fue el que finalmente lo trajo a Cristo. Finalmente por hoy, leamos los versículos 4 al 6 de este capítulo 9 de Oseas:
"No harán libaciones de vino al Señor ni sus sacrificios le serán gratos; cual pan de duelo será para ellos, y todos los que coman de él serán impuros. Su pan será, pues, para ellos mismos: ese pan no entrará en la casa del Señor. ¿Qué haréis en el día de la solemnidad, y en el día de la fiesta del Señor? Ellos se fueron a causa de la destrucción. Egipto los recogerá, Menfis los enterrará. La ortiga conquistará lo deseable de su plata, y el espino crecerá en sus moradas."
Muchos de ellos fueron a la tierra de Egipto después del cautiverio. Fuera de la tierra, ellos no podrían adorar a Dios como Él querría que le adoraran.
Estudio bíblico de Oseas 7:1-16
Los capítulos 7 al 12 tratan sobre el hecho de que Israel podía escapar al juicio volviendo a Dios, que amaba a ese pueblo, y restableciendo su relación con Él. Dios estaba tratando a Israel con gran severidad y, sin embargo, con acentos de ternura estaba intentando llamar al pueblo para que volviera a Él, antes de que llegara el juicio.
Pero Israel se dirigió a Egipto y a Asiria, en vez de volverse a Dios.
Vamos a leer el versículo 1 de este séptimo capítulo de Oseas, que encabeza un párrafo titulado
Israel (paloma incauta) se dirigió a Egipto y a Asiria
"Mientras curaba yo a Israel, se descubrió la iniquidad de Efraín y las maldades de Samaria, pues practican el engaño; el ladrón entra y el salteador despoja afuera."
Samaria era la capital del reino del norte (o de Israel). El rey Omri la convirtió en capital y posteriormente, los reyes Acab y Jezabel edificaron allí un palacio.
Si usted tiene la oportunidad de visitar este lugar algún día, podrá comprobar que podría considerarse como uno de los lugares más hermosos en este mundo donde se puede construir un palacio o una casa. Y en aquel lugar caería el juicio de Dios. Se encuentra sobre un monte desde el cual puede contemplarse un amplio panorama de toda la zona. Desde allí uno puede ver hacia el oeste el Mar Mediterráneo; hacia el este puede observarse el valle del Río Jordán; hacia el sur puede verse la ciudad de Jerusalén; y hacia el norte puede contemplarse el monte Hermón y Megido. Es un lugar selecto, donde no hay nada que obstruya la vista en cualquier dirección. Pero hoy es una zona desolada. Realmente, el juicio de Dios está sobre ese lugar.
Lo que ocurría en Israel durante la época de Oseas, era que el pecado que antes había sido cometido ocultamente, entonces estaba siendo practicado abiertamente. Lo que se había estado haciendo en secreto, en aquellos días se estaba realizando públicamente. Ya no había vergüenza ni convicción, ni conciencia en relación a su pecado. El Señor perdonaría su maldad si el pueblo se arrepintiera y se volviera a Él. En cambio, persistieron en su maldad, llegando en sus prácticas cada vez más lejos.
Una cosa es pecar secretamente, que ya es malo de por sí, pero es aun peor exponer el pecado abiertamente y hacer alarde del mismo ante el mundo. Actuar de esta manera es llegar hasta el fondo de un abismo. Esa es la razón por la cual creemos que este libro de Oseas tiene hoy un mensaje para las naciones. Ya que Israel era el pueblo elegido por Dios y aun así Dios los envió al cautiverio cuando ellos persistieron en pecar contra Él, ¿cómo podría uno imaginarse que cualquier otra nación pudiera cometer el mismo tipo de pecado y permanecer en la impunidad?
Casi todos recordarán que hace varios años, ciertos pecados de mayor trascendencia social se practicaban en secreto. Pero en los últimos años la situación ha cambiado notablemente. No solo no se ocultan ciertos pecados, sino que los medios de difusión e Internet los comentan con total naturalidad e incluso da la impresión que muchos se jactan y hacen alarde de su tolerancia y comprensión. Claro que esas personas dejan inmediatamente de ser tolerantes en el momento en que alguien les manifiesta lo que Dios piensa de tales infracciones a la ley de Dios y al orden moral cristiano. Así que ese paso de lo secreto a la práctica pública del pecado es también una característica de nuestra época, pero no constituye ninguna novedad si la comparamos con estas denuncias proféticas del Antiguo Testamento. Realmente, la práctica pública y la difusión de ciertos pecados en medios de comunicación no constituyen una señal de progreso, sino que nos indica que estamos perdiendo la civilización que en el pasado se caracterizó por alguna apariencia de cultura cristiana. Ahora, el segundo versículo de este capítulo 7, de Oseas, dice:
"No consideran en su corazón que tengo memoria de toda su maldad. Ahora los acorralan sus propias obras, que están delante de mí."
Dios estaba diciendo: "Yo ya sabía acerca de sus pecados, pero ahora ellos han dado un paso más en su alejamiento de mi y están practicando sus pecados abiertamente". En otras palabras, ahora han alcanzado los niveles más bajos de inmoralidad. Continuemos leyendo el versículo 3 de este séptimo capítulo de Oseas:
"Con su maldad alegran al rey; con sus mentiras, a los príncipes."
Era evidente que el rey y los príncipes aplaudían esta clase de conducta. En nuestro tiempo creemos que es trágico cuando el liderazgo o dirección de cualquier área, como por ejemplo, educación, ciencia, política o religión, se expresan en un lenguaje grosero, obsceno o blasfemo. Esto es algo que también se practica abiertamente, Y hasta hay hoy personas que hacen alarde de la informalidad y frivolidad con que se expresan, aunque hayan tenido una sólida formación cultural. Parece que el deterioro del lenguaje es una evidencia más de la decadencia y falta de vigencia de ciertos valores que ya no se consideran vigentes. Grandes naciones e imperios del pasado que ya han desaparecido del escenario de los eventos humanos pasaron por el mismo proceso de decadencia y de aquellas potencias solo quedan ruinas y escombros, cubiertos por el polvo de los siglos. Continuemos ahora con la lectura del versículo 4 de este capítulo 7 de Oseas, que dice:
"Todos ellos son adúlteros; son como horno encendido, que el hornero cesa de avivar desde que se amasa la harina hasta que se ha fermentado."
Esta expresión o figura retórica del profeta es muy elocuente. El panadero tenía el horno preparado, pero no elevó la temperatura hasta que la masa estuviera amasada y lista para ser cocida. Aquí Dios no está hablando sobre el adulterio espiritual, sino acerca de la flagrante inmoralidad. En el pasado ellos habían mantenido el pecado oculto, pero en ese momento eran como un horno abierto, caliente de pasión. En nuestro tiempo tenemos la impresión de que los hombres están tratando de probar que son viriles, y que las mujeres están tratando de probar que están sexualmente activas. Y vemos a mucha gente obsesionada con nuevas prácticas y perversiones sexuales, favorecidas éstas por las facilidades y servicios que ofrece Internet. Luego, en el versículo 5 de este capítulo 7 de Oseas, el profeta dijo:
"En el día de nuestro rey, los príncipes lo hicieron enfermar con copas de vino; él extendió su mano con los que se burlaban."
Es decir, que el rey se había convertido en un alcohólico, y se estaba poniendo en ridículo. Hemos mencionado este tema anteriormente, pero es tan importante que lo continuaremos repitiendo. ¿Qué ocasionó la caída del reino del norte? Fue la idolatría, un alejamiento del pueblo con respecto a Dios. Esta situación siempre se manifiesta en una burda inmoralidad. El vino, las mujeres, los prostíbulos, y el sexo fueron los elementos que ocuparon la atención del reino del norte (o de Israel).
Y ahora, quisiéramos hacerle una pregunta a usted, amigo oyente. Al mirar hoy a su alrededor, ¿cuáles son, en su opinión, las principales ocupaciones de hombres y mujeres en todos los caminos de esta vida? Podría haber aquí una variedad de respuestas, pero casi todas coincidirían en los mismos elementos, con el orden de prioridades que cada uno quiera tener: la adquisición de dinero y bienes materiales, el consumismo, el alcohol y el sexo Y tales acciones apetecidas por la naturaleza humana se practican hoy más abiertamente que en el pasado. Cuando algunos de estos pecados, como por ejemplo la embriaguez, la inmoralidad sexual y la codicia fueron practicados abiertamente en Israel, Dios dijo que Él tendría que intervenir y juzgarlos. Y en el versículo 6, dijo el profeta:
"Disponen su corazón para la intriga, como se prepara un horno; toda la noche duerme su hornero, pero a la mañana está encendido como llama de fuego."
Todo se hace para provocar las pasiones de hombres y mujeres, Y hoy existen argumentos sofisticados en cuanto a la pornografía. Se enfatiza que somos adultos y deberíamos tener el derecho a elegir lo que queremos ver, y lo queremos oír. Bien, hoy nosotros somos adultos y deberíamos ser capaces de elegir lo que queremos ver y lo que queremos oír. Bueno, en realidad no tenemos mayor libertad para elegir cuando estamos siendo bombardeados con suciedad y basura desde varias direcciones. Más bien, muchos querríamos contemplar programas de mayor calidad en ciertos medios de difusión, pero la mayor parte de las veces, otros eligen por nosotros. Así que en la administración de esa supuesta libertad, normalmente resultan favorecidos los que prefieren expresar públicamente su libertad para entregarse completa y abiertamente el pecado. Continuemos leyendo el versículo 7 de este séptimo capítulo de Oseas:
"Todos ellos arden como un horno y devoran a sus jueces. Así han caído todos sus reyes; no hay entre ellos quien me invoque."
Nos llama la atención la frase Así han caído todos sus reyes. El reino del norte (o de Israel) no tuvo un solo rey bueno. Si usted fuera a repasar los libros históricos y examinara la lista de los reyes de Israel y de Judá, comprobaría que el reino de Judá tuvo algunos reyes buenos -en realidad, 5 reyes de Judá impulsaron movimientos de renovación espiritual-pero el reino del norte no tuvo ni un solo rey bueno. Cada uno de esos reyes del norte fue tan malvado como pudo. Creemos que Acab y Jezabel fueron los que ocuparon el último lugar de esta sórdida lista, pero algunos de los otros reyes les seguirían muy de cerca en un penúltimo lugar.
Muchos de los reyes del reino del norte (o de Israel) fueron asesinados. Ellos hicieron aproximadamente 9 diferentes cambios de dinastía en su breve período histórico. Los reyes del reino del norte comenzaron con Jeroboam, y uno no llegaba muy lejos en la historia hasta que alguien intervenía y por medio de un asesinato interrumpía esa línea de descendencia. Entonces comenzaba otra línea genealógica de reyes, y tampoco transcurría mucho tiempo hasta que algún otro era asesinado. Varios reyes tuvieron un reinado breve, y sus hijos ni siquiera llegaron a acceder al trono. Ese fue el juicio de Dios sobre ellos. Es que Dios había elegido a la línea de David y le había prometido bendecir esa línea de descendencia. El no hizo semejante promesa a los reyes del dividido reino del norte. Continuemos leyendo el versículo 8 de Oseas capítulo 7:
"Efraín se ha mezclado con los demás pueblos; Efraín es como torta no volteada."
La primera frase dice Efraín se ha mezclado con los demás pueblos. A Dios nunca le gustaron las mezclas. ¿Ha observado usted este detalle? Parecía que El quería que Sus hijos permanecieran en su propio pueblo.
Luego, él dijo: Efraín es como torta no volteada. Otra versión traduce esta segunda frase así: "Efraín parece una torta cocida de un solo lado". Aquí tenemos nuevamente otra buena ilustración casera, y Oseas usó muchas de este tipo. Ahora, ¿qué quiso decir? En aquellos tiempos ellos cocinaban en la parte superior de la cocina y preparaban tartas o tortas parecidas a nuestros crepes. Cuando cocinaban esas tortas, a veces no las daban vuelta y permitían que se quemaran de un lado, mientras que el otro lado estaba todavía crudo. Y esta era como una figura de Efraín. La nación estaba caliente y quemada por un lado, pero cruda en el otro lado. ¡Qué imagen más significativa fue ésta!
Así que proyectaban calor y frío hacia Dios. Estimado oyente, así actúan muchas personas hoy en cuanto a su cristianismo. Con cierto grupo de personas soplan aire caliente, y con otras soplan aire frío. Se parecen a Efraín, que fue como una torta cocida de un solo lado. Ahora, en los versículos 9 al 11 de este capítulo 7 de Oseas, leemos:
"Gente extraña ha devorado su fuerza, y él no lo sabe. Ya se ha cubierto de canas, y él no lo sabe. La soberbia de Israel testificará en su contra. Con todo, ellos no se vuelven ni buscan al Señor, su Dios. Efraín es como paloma incauta, sin discernimiento: claman a Egipto, acuden a Asiria."
Aquí tenemos otra ilustración interesante. Si usted ha salido alguna vez a cazar palomas, sabe que si una paloma tiene huevos en su nido o si hay pichones allí, actuará como si tuviera un ala rota y, en realidad, le permitirá que usted se acerque bastante a ella. Estará tratando de atraerle a usted a un lugar alejado del nido; verdaderamente, ese no es una táctica muy inteligente por parte de la paloma, por 2 razones. (1) Cuando una paloma permite que usted se acerque tanto a ella, sabrá que hay un nido cerca y (2) ella está arriesgando su propia vida.
Ahora, aquí tenemos a Efraín. El se negó a recurrir a Dios para conseguir ayuda. Así que primero fue a Egipto para solicitar ayuda. Cuando Egipto lo le proporcionó la ayuda que Efraín quería, se dirigió a Asiria y pidió ayuda, Así que fue de un lado para otro como una paloma incauta. ¡Qué imagen patética tenemos en este versículo! Y el versículo 12 dice:
"Cuando vayan allá, tenderé sobre ellos mi red, los haré caer como aves del cielo, los castigaré conforme a lo anunciado en sus asambleas."
Es posible que usted ha tenido oportunidad de ver a niños tratando de cazar palomas con una caja colocada en el suelo, y apuntalada por un lado con una varita, a la cual se le ata una cuerda o hilo. Debajo de ella, los niños ponen maíz para atraer a las palomas, y luego se esconden para que éstas no los vean. Luego, cuando dos o tres palomas van a comer el maíz que está debajo de la caja, tiran de esa cuerda, y entonces la caja cae sobre las palomas. ¡Qué incautas son las palomas! y esto es lo que Dios dijo aquí. Ahora, en el versículo13 de este capítulo 7 de Oseas, leemos:
"¡Ay de ellos! porque se apartaron de mí; destrucción vendrá sobre ellos, porque contra mí se rebelaron. Yo los redimiría, pero ellos hablan mentiras contra mí."
Dios tenía una redención para ellos, pero aún así, ese pueblo continuaba apartándose del Dios vivo y verdadero. Luego, en el versículo 14, leemos:
"No clamaron a mí de corazón, cuando se lamentaban sobre sus lechos; Por trigo y mosto se congregaron, y se han rebelado contra mí."
Ellos no se dieron cuenta de que el hambre que estaban sufriendo era un juicio de Dios sobre ellos. Estaban clamando y llorando porque no tenían alimentos. Y los versículos 15 y 16, finalizando este capítulo 7 de Oseas dicen:
"Aunque yo los enseñé y fortalecí sus brazos, traman el mal contra mí. Volvieron, pero no al Altísimo; fueron como arco que yerra. Sus príncipes cayeron a espada por la soberbia de su lengua: ¡esto será motivo de burla en la tierra de Egipto!."
Dice aquí en el versículo 16, fueron como arco que yerra, Es decir, que uno pone una flecha en ese arco y la cuerda se rompe. Es un arco engañoso, no se puede confiar en él.
Y el versículo termina diciendo: ¡esto será motivo de burla en la tierra de Egipto! Egipto comenzaría a burlarse de ellos y a ponerlos en ridículo por la forma en que estaban actuando.
Estudio bíblico de Oseas 5:15-6:11
nuestro recorrido por la profecía de Oseas, y en nuestro programa anterior llegamos hasta el versículo 14 del capítulo 5, de este libro. El versículo 15, con el cual finaliza el capítulo 5 de Oseas, dice lo siguiente:
"Volveré luego a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. ¡En medio de su angustia me buscarán!."
Aunque este ha sido un capítulo triste, que trata exclusivamente sobre juicio, finaliza con una nota de esperanza. Llegará el tiempo en que Israel buscará nuevamente a Dios, pero Él no los liberará hasta que ellos se vuelvan a Él. Y así llegamos al
Oseas 6 - Israel regresará en los últimos días
"Venid y volvamos al Señor, pues él nos destrozó, mas nos curará; nos hirió, mas nos vendará."
Este fue el último llamado de Dios al reino del norte en aquellos días, pero también mira al futuro de esa nación cuando Dios los sanará: aunque Él los hirió, Él quiere vendar la herida. Esta debería ser una advertencia en el sentido en que Dios juzgará el pecado de cualquier nación que profese ser cristiana y que ha tenido los beneficios de la Palabra de Dios. Continuemos leyendo el versículo 2 de este sexto capítulo de Oseas:
"Después de dos días nos hará revivir, al tercer día nos levantará, y viviremos delante de él."
Aquí queremos destacar la frase al tercer día nos levantará. Ahora, este es un detalle muy interesante, observándolo a la luz del hecho de que la resurrección del Señor Jesucristo tuvo lugar en el tercer día. Él fue resucitado para la justificación de los judíos y de los no judíos. Y debemos decir que esto será aplicable en aquel día futuro en que Dios traerá a Israel de regreso a la tierra y los atraerá a Si mismo. En Ezequiel capítulo 37, Dios habló de aquel día como de una resurrección, y esa resurrección estará basada en Aquél que fue resucitado en el tercer día; porque en la resurrección de Cristo se ha provisto, para cualquier persona que la acepte, una redención y una justificación que colocará a esa persona en la relación correcta con el Dios Todopoderoso.
El Apóstol Pablo desarrolló el tema del futuro de Israel en el capítulo 11 de su epístola a los Romanos. En nuestro tiempo, el propósito de Dios al edificar Su iglesia es atraer a Sí mismo a judíos y no judíos, a pueblos de toda lengua y nación, que vendrán ante Él para adorarle. Cuando Dios complete Su propósito en la iglesia y la remueva del mundo, se dirigirá nuevamente a la nación de Israel y la levantará. Cada profeta que escribió en las Sagradas Escrituras, e incluso algunos que no escribieron, habló de este propósito futuro de Dios para la nación de Israel. Incluso antes de que los israelitas pudieran entrar en la tierra, el mismo Moisés comenzó a hablar de aquel día futuro en el cual, por tercera vez, Él los restauraría a su tierra. La tercera vez -en el tercer día, por así decirlo-la restauración a la tierra será una restauración permanente. Hay una correlación entre la restauración y la resurrección de Cristo de entre los muertos al tercer día. Veamos ahora lo que dice el versículo 3 de este capítulo 6, de Oseas:
"Esforcémonos por conocer al Señor: cierta como el alba es su salida. Vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana viene a la tierra."
Dice aquí Vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana viene a la tierra. Las lluvias tempranas eran las lluvias intensas, copiosas que caían al final del mes de Octubre, y las lluvias tardías eran las lluvias abundantes de Marzo y Abril, que llegaban justamente antes de la cosecha. Algunos dicen que la lluvia tardía ha vuelto a aquella tierra, pero no creemos que alguien pueda afirmar que tanto la lluvia temprana como la tardía hayan regresado. Existe, por supuesto, cierta cantidad de lluvia en ese lugar, pero eso no hace de esa región un jardín del Edén. En Israel no existe la suficiente cantidad de agua como para regar toda la tierra, y no estamos viendo el cumplimiento del prometido retorno de las lluvias a aquella tierra. Sin embargo, cuando aquel pueblo regrese otra vez a su creencia en Dios, la bendición caerá no solo sobre el pueblo, sino también sobre la tierra y el mundo animal.
Dice aquí Esforcémonos por conocer al Señor. Ese es el verdadero secreto de la solución para los problemas de la vida -conocer al Señor. El apóstol Pablo, aun cuando ya había llegado al final de su vida, tenía esta ambición: 10Quiero conocerlo a él y el poder de su resurrección, y participar de sus padecimientos hasta llegar a ser semejante a él en su muerte (como escribió en Filipenses capítulo 3, versículo 10). No hay ninguna forma de mejorar esta vida, aparte de un conocimiento de Dios, La Palabra de Dios es muy enfática en este tema y, o está en lo cierto, o está equivocada. Durante miles de años, la Palabra de Dios ha demostrado ser cierta, y creemos que la generación actual en ninguna manera está afectando a su integridad.
Leamos ahora el versículo 4 de este sexto capítulo de Oseas, que encabeza un párrafo titulado
Israel juzgado por los pecados actuales
"¿Qué haré contigo, Efraín? ¿Qué haré contigo, Judá? Vuestra piedad es como nube matinal, como el rocío de la madrugada, que se desvanece."
Dios estaba hablando aquí en este pasaje como si se sintiera un poco frustrado. Él estaba diciendo: "Bueno, ¿qué voy a hacer contigo? Yo te amo, pero tú continúas en el pecado y voy a tener que juzgarte". Esto coloca a Dios en una situación problemática; como diríamos, entre la espada y la pared. El castigo es una acción extraña para Dios. Él quiere salvar y no juzgar. Pero cuando un pueblo continúa apartándose de Dios, entonces, llega el día cuando tiene que castigarlo.
El pueblo de Israel era religioso, pero no tenía un conocimiento de Dios y se encontraban lejos de Él. En la actualidad tenemos mucha religión, y nos oponemos a esa religiosidad aparente. Permítanos ilustrar este punto con una carta que un lector envió al director de una revista:
"En la sociedad actual, la religión ya ha sobrevivido a su utilidad. El hombre, al fin, ya se ha curado de la necesidad de este opio. Ya no necesita explicar lo desconocido con historias y la adoración a un ser supremo. En una sociedad compleja como la nuestra, la religión sólo puede nublar o enmudecer la mente. La religión sólo borra o distorsiona detalles importantes e información, interfiere las decisiones importantes, y promueve la intolerancia y los prejuicios. Ahora es cuando la humanidad tiene que deshacerse de esta ceguera mental". Hasta aquí, la cita de la carta dirigida a una revista.
Puede que esta afirmación le sorprenda, pero estamos de acuerdo con el contenido de esta carta. Nos agradaría librarnos de cierta concepción popular o superficial de la religión. Otro lector respondió a esta carta y su respuesta también fue publicada. El que la escribió expresó su punto de vista mejor de lo que nosotros podríamos haber expresado al respecto. Permítanos presentar la respuesta que se le dio al escritor en este periódico, con respecto a la primera carta, que llevaba el título: "A la religión se la señala como ceguera mental". Y esta respuesta dice: "Estamos de acuerdo con la persona que escribió en cuanto a efectos de la religión, pero la religión es el intento del hombre para alcanzar a Dios por medio de sus propios esfuerzos. Yo nunca he sido un hombre religioso, pero hace unos años, ocurrió algo que realmente cambió mi vida. Invité al Señor Jesucristo para que asumiera control de mi vida, y acepté el hecho de que yo no puedo alcanzar a Dios por mí mismo, pero que Él ha hecho posible tener una relación conmigo a través de Su Hijo, el Señor Jesucristo. Desde que tomé esa decisión, he comenzado a ser cada vez más consciente de mi responsabilidad social, y he podido llegar al punto de amar y aceptarme a mí mismo y a otras personas, sin importarme su edad, su raza, su credo o color". Y hasta aquí, la respuesta a la carta del otro lector.
Hay gente hoy que quiere librarse de la religión, y decimos que está bien; permitamos que salga por la puerta de atrás, pero también invitemos a Jesucristo, la luz del mundo, para que entre. Esto es lo importante.
Los israelitas eran religiosos, pero como dice este versículo 4 que hemos leído, su bondad era como una nube matinal -solo forma, rituales y ceremonias. Y continuó diciendo y como el rocío de la madrugada, que se desvanece. Este era todo el significado de su religión. Y hay muchas personas hoy que llevan puesta la religión como una ropa suelta, algo que uno puede quitarse y ponerse en cualquier momento. Dios condenó a aquel pueblo porque eran religiosos, pero no lo conocían, y nunca habían tenido con Él una experiencia transformadora, que cambia la vida. Continuemos leyendo el versículo 5 de este sexto capítulo de Oseas:
"Por eso los he quebrantado mediante los profetas; con las palabras de mi boca los maté, y tus juicios brotarán como la luz."
Otra versión traduce la primera frase de este versículo de la siguiente manera: "Por tanto, los he despedazado por medio de los profetas". Nos agrada mucho cuando recibimos cartas de nuestros oyentes donde nos dicen que presentamos la Palabra de Dios tal cual es; y por cierto que eso es lo que tratamos de hacer siempre en nuestro ministerio. Uno siempre encuentra personas que quieren sinceramente escuchar la Palabra de Dios. Otros se opondrán, y también deseamos oír sus críticas. Apreciamos mucho, sin embargo, a aquellos oyentes que nos acompañan fielmente en nuestro recorrido por las páginas de las Sagradas Escrituras. Cuando en este versículo leemos la frase Los he quebrantado por medio de los profetas, comprobamos que los profetas fueron fieles en presentar el mensaje de Dios tal como lo habían recibido. Pero los israelitas no les habían prestado atención. Y en nuestro tiempo, aunque existe un gran interés en un retorno a la Palabra de Dios, nos preguntamos hasta qué punto ese interés es genuino y ha transformado los corazones y vidas de aquellos que oyen esa Palabra.
Y el versículo 6 también dice: con las palabras de mi boca los maté, y tus juicios brotarán como la luz. Los miembros de aquel pueblo no estaban pecando a causa de la ignorancia -no carecían de información. Dios les había enviado los profetas, pero los israelitas le habían dado la espalda a Dios y a Su Palabra. Ahora, Dios dijo en el versículo 6 de este capítulo 6 de Oseas:
"Porque misericordia quiero y no sacrificios, conocimiento de Dios más que holocaustos."
Aquel pueblo estaba simplemente cumpliendo las formas. Es posible que uno vaya a la iglesia todos los domingos y muestre una adhesión total a las verdades fundamentales de la fe cristiana. Pero pudiera ser que su actitud hacia el mensaje que escuche, o hacia los demás sea distante, o quizás crítica. Dios quiere que usted asista a la iglesia con una actitud de apertura a lo que Él quiera enseñarle, con una sensibilidad y una conciencia clara de que necesita ese alimento espiritual y que ese alimento es vital para el desarrollo de su vida cristiana. Dios quiere que usted permita que la Palabra de Dios, con la ayuda del Espíritu Santo, penetre en su vida y la transforme, y muestre en su carácter las evidencias de esa obra de Dios en usted, Pero, estimado oyente, mientras usted no llegue a aplicar la Palabra de Dios en su vida diaria y muestre que hay una evidencia de misericordia en su corazón y en su vida, tendrá que aplicar lo que dice este versículo 6, que otra versión traduce de la siguiente manera: "Lo que quiero de vosotros es que me améis y no que me hagáis sacrificios, que me reconozcáis como Dios y no que me ofrezcáis holocaustos". Ninguna actividad de cualquier congregación o iglesia, por más atractiva, interesante o positiva que sea, puede sustituir a un estudio serio y ordenado de la Palabra de Dios. Continuemos con nuestra lectura y escuchemos lo que dice el versículo 7 de este sexto capítulo de Oseas:
"Pero ellos, cual Adán, violaron el pacto; allí han pecado contra mí."
Aquí se menciona al pacto, Este fue el pacto que Dios hizo con la nación. Y el versículo 8 continúa diciendo:
"Galaad, ciudad de malhechores, toda manchada de sangre."
La ciudad de Galaad era bien conocida a causa del bálsamo de Galaad, que era una resina aromática utilizada como medicina. Sin embargo, desde un punto de vista humano, en los días del profeta Oseas, de aquella ciudad solo surgió la maldad. Continuemos leyendo el versículo 9 de este capítulo 6 de Oseas:
"Como ladrones al acecho de un hombre, así una compañía de sacerdotes mata y comete infamias en el camino hacia Siquem."
En otras palabras, los sacerdotes de Israel, al negarse a entregar al pueblo el Agua de vida y el Pan de vida, estaban cometiendo un error tan grave y trágico que podía compararse con un asesinato o con las peores infamias. Otra versión traduce este versículo de la siguiente manera: "Una pandilla de sacerdotes está al acecho en el camino a Siquem, y como banda de salteadores, comete toda clase de infamias:" Sinceramente hablando, creemos que un predicador que sube al púlpito y no comunica la Palabra de Dios a quienes le escuchan, es culpable por haber desechado una responsabilidad y un compromiso adquirido con el mismo Dios. Es como pasar junto a alguien que, teniendo hambre nos suplica que le demos un trozo de pan para poder sobrevivir, y mirar para otro lado. Como contraste, comparemos el cuidado, la atención, el alimento, el descanso, la delicadeza, la autoridad, el amor y la compasión del Príncipe de los Pastores, el Señor Jesucristo, el Buen Pastor, tal como lo describe el Salmo 23. Y en los versículos 10 y 11, últimos versículo de este sexto capítulo de Oseas leemos lo siguiente:
"En la casa de Israel he visto cosas horribles: allí fornicó Efraín y se prostituyó Israel. Para ti también, Judá, está preparada una siega, cuando yo haga volver el cautiverio de mi pueblo."
Estas palabras constituyeron una advertencia para Judá, de que el día del juicio llegaría también para los súbditos de aquel reino del sur. Y la frase cuando yo haga volver el cautiverio de mi pueblo nos indica que hay un día, que es aún futuro, cuando Dios traerá a Su pueblo de regreso a la tierra. Pero en el tiempo en que fue pronunciada esta profecía por Oseas, El tendría que juzgarles por su pecado.
De esta manera hemos llegado en nuestro estudio al capítulo 7 del libro de Oseas. Como un avance de lo que estudiaremos entre los capítulos 7 y 12, diremos que el profeta transmitió un mensaje acerca del hecho de que Israel podría escapar al juicio volviéndose a Dios, un Dios que amaba a Su pueblo. Pero Dios estaba tratando a ese pueblo con gran severidad y, sin embargo, con ternura, estaba intentando llamar al pueblo para que regresara y reanudara su relación con Él. Antes de que llegara el juicio.
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