Una acusación de conflicto de intereses
"En el año segundo del rey Darío, en el mes sexto, en el primer día del mes, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, diciendo"
En el año segundo del rey Darío, en el mes sexto, en el primer día del mes. El profeta nos dio la fecha precisa de esta profecía, que fue el 1 de Septiembre del año 520 AC, en el calendario judío. Este libro del profeta Hageo nos facilita su comprensión al comentar esas fechas exactas. Como mencionamos en la introducción, las fechas están relacionadas con el gobernante no judío llamado Darío. Las fechas no estaban relacionadas con el rey de Israel o de Judea porque Hageo las escribió durante "el tiempo de los Gentiles"(o de las naciones), que comenzó con la cautividad en Babilonia y continúa hasta el día de hoy. El Señor Jesucristo dijo, siglos más tarde, y hablando sobre los israelitas: "Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan".
Hageo continuó y escribió: Vino palabra del Señor por medio del profeta Hageo. A medida que estudiemos este breve libro nos encontraremos reiteradamente con esta frase que hace referencia a la Palabra de Dios. Hageo aclaró y explicó que él no comunicaba sus propios pensamientos si no que anunciaba la Palabra de Dios para su pueblo.
Vino palabra del Señor por medio del profeta Hageo a Zorobabel, hijo de Salatiel. El nombre Zorobabel significa "sembrado en Babilonia". Zorobabel nació en la cautividad, en Babilonia. Su nombre no era hebreo sino pagano. Él pertenecía al linaje de David, el nieto de Joacin (1 Crónicas 3:17, 19), y fue nombrado por Ciro como gobernador de Judea (Esdras 5:14).
Y continuó Hageo: Hijo de Salatiel, gobernador de Judá y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote. Josadac era el Sumo Sacerdote durante el tiempo de la invasión babilónica (1 Crónicas 6:15). Éste sacerdote era el personaje religioso más relevante, y como podemos observar, Dios envío su mensaje primeramente a los líderes, a los gobernantes civiles y a los religiosos.
Cuando los Israelitas por fin regresaron de la cautividad en Babilonia a su propia tierra, regresaron con gran entusiasmo, con grandes planes para reedificar el templo. Pero se encontraron con obstáculos gigantes que requerían esfuerzos y sacrificios enormes. Después de haber sufrido ese tiempo de privación, de arduo y esforzado trabajo, el pueblo comenzó a sentirse muy desanimado al intentar reedificar el templo. Las dificultades aumentaban y parecían insalvables. Por lo tanto, comenzaron a analizar y racionalizar su situación hasta decidir que no era el tiempo de reedificación. En otras palabras, el pueblo judío trató de consolarse pensando que por las dificultades que enfrentaban, evidentemente no era Dios quien deseaba que realizasen esa tarea. Había llegado a colocar los fundamentos del templo, pero la oposición de los Samaritanos era tan fuerte que simplemente pararon todas las obras con la siguiente excusa "bueno, todavía no ha llegado el tiempo apropiado".
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